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Reinventando lo Clásico

Chanel

Tradición y elegancia son cualidades que muy pocas marcas pueden atribuirse. Sin embargo Chanel va un paso más allá y logra reinventarse combinando su ya icónica historia con toques sutiles y vanguardistas. Es justamente con este sello que presenta su nueva colección Primavera Verano; recorriendo los tejados de Paris, bajo una brisa juvenil de libertad y movimiento.

La colección juega con la simplicidad y el equilibrio del volumen. Chaquetas con collares con volantes y los puños y las faldas cortas reinterpretan el traje de tweed. Pantalones capri y chaquetas vaqueras con volantes también se unen al baile. La chaqueta de tweed masculina de corte recto es reinventada, transformándose en trajes, monos o un pequeño vestido con una falda acampanada. Abrigos largos en tweed o crepé de lana, mientras que un top a rayas y una camisa anudada descuidadamente, agregan pequeños toques masculinos y femeninos.

Por otro lado, las faldas cortas, envolventes o asimétricas,  se presentan en satén, faille de seda y tafetán, y siempre usadas en lo más alto de la cintura, presentan un movimiento libre y bailan con el ritmo del viento y la música. Su encanto se realza con tops con volantes y delicadas blusas plisadas con mangas en forma de globos, adornadas con pequeños arcos o rafia y pétalos de organza. En su transparencia, las telas revelan el trabajo impresionante de los talleres, necesarios para la construcción de los vestidos y sus dobladillos de pañuelo. Gasa estampada, organza, plumas y flecos de rafia estructuran las delicadas tapas y faldas largas. Bordados alrededor del cuello con lentejuelas en rojo mate como un lápiz labial, los vestidos en gasa se encuentran  impresos con las más inspiradoras fachadas parisinas. Sus pliegues planos parecen estar listos para flotar con una hermosa amplitud. Una serie de faldas, chaquetas y un vestido largo de seda estampada en las tonalidades del atardecer, con trenzas y adornos, pasean su figura y se dejan llevar por el viento.

Rayas, cuadros, colores de bloques vibrantes (rojo, naranja, rosa, azul) iluminan la colección, pero también lo hacen el emblemático blanco y negro de la reconocida firma. Las impresiones están al unísono: en una ultra gráfica versión, las letras de Chanel se destacan al azar de los tejados.

También cobran importancia los accesorios. En su versión grande, el Bolso Chanel 19 viene envuelto en sarga de seda impresa, mientras que el bolso 11.12 regresa en el clásico estampado tweed para que coincida con el mítico traje. Los bolsos con cremallera de cuero o tweed recuerdan a estuches para lápices de colegialas: la firma Chanel aparece escrita a mano en cadena entrelazada con cuero. El bolso con solapa se actualiza con un brazalete o una trenza en cinta de grogén de dos tonos. Otros tienen una nota más preciosa: cuentas con cadenas o bordados de lentejuelas con motivos florales.

También se destacan las joyas. Siempre presentes, éstas se usan en acumulación: sautoirs y broches de perlas, collares de cristal de colores o con bolas cubiertas de strass y brazaletes con puño con la firma de Chanel Paris.

Femenina, urbana, en movimiento, nunca igual pero distintiva y siempre identificable. Cada forma, cada silueta inspira una historia contemporánea pero también eterna. Porque Chanel es así. Una historia mítica, un presente libre y un espectáculo lleno de tradición y elegancia, que exhibe libertad e imaginación. Una muestra de su trayectoria y de su marca distintiva que se lleva  todos los aplausos de sus ya emblemáticos y reconocidos embajadores tales como Caroline de Maigret, Alma Jodorowsky, Soo Joo Park, Nana Komatsu y Jennie Kim, así como los cantantes Sting, Cardi B, Angèle, Ace Tee y Yuna, la el músico Orelsan, las actrices Isabelle Adjani y Xin Zhi Lei y finalmente el coreógrafo y bailarina Blanca Li.

www.chanel.com