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Icónica, Natural y Contemporánea

Chopard

La nueva colección sport chic Alpine Eagle de la casa Chopard es una perfecta reinterpretación del primer reloj creado en 1980 por Karl-Friedrich Scheufele: St. Moritz. Perseverante y determinado, Scheufele tenía 22 años cuando presentó su primer proyecto relojero en la empresa familiar. Su padre aceptó la pieza de inmediato y así nació el emblemático St. Moritz, que condensa el espíritu de un joven que crece y vuela con sus propias alas. La llegada de esa obra maestra de la relojería fue posible gracias a la filosofía pragmática de Chopard. Para la Casa, la independencia es el principal valor y la clave para mantener la calidad y la innovación constante.

La pieza desarrollada años atrás por el copresidente de Chopard inspiró la colección, que en su conjunto luce moderna, depurada y con personalidad. St. Moritz fue el primer reloj deportivo de la Casa y el primer reloj de acero fabricado en sus talleres. Por sus cualidades, rápidamente se convirtió en uno de los best seller de Chopard. Alpine Eagle representa la pasión de Scheufele por los Alpes y el águila, un ave de fuerza altanera que reina sobre las montañas. Además de crear una bella colección, la intención de las piezas era presentar el compromiso de la firma con la protección del medio alpino y la naturaleza, a través del lanzamiento de la organización Eagle Wings.

Destinado a las águilas y a hombres inspiradores que buscan la permanente superación, Alpine Eagle fue fabricado con Lucent Steel A223, un acero ultrarresistente capaz de reflejar la luz. Considerado un metal raro, este nuevo material, rico, precioso y tan complejo como el oro, surge de un proceso de refundición que llevó cuatro años de investigación y desarrollo. Esta novedosa aleación presenta tres características únicas. La primera de ellas es su composición hipo alergénica con propiedades comparables a las de acero quirúrgico, que lo tornan dermocompatible. La segunda maravillosa propiedad de este metal raro es su resistencia de 223 Vickers, esto quiere decir que es un 50% más resistente a la abrasión que los aceros clásicos, con una dureza única. La tercera característica es su estructura cristalina de alta homogeneidad que le permite otorgar una reflexión única de luz. Al igual que los diamantes cuyo brillo depende de un bajo nivel de impurezas, el Lucent Steel A223 presenta menos impurezas que el acero clásico, lo que le permite una luminosidad comparable al oro. Para desarrollar todas las piezas, Scheufele se guió por los principios de la armonía de Louis Sullivan según los cuales la forma sigue a la función. Es así que la caja y la correa están integradas y su esfera es de textura rugosa como una roca, lo que recuerda el iris del águila. Las agujas se asemejan a las plumas y los glaciares se representan mediante los reflejos del frío acero. La correa está formada por un solo eslabón con forma de lingote y cae en una ligera disminución. El eslabón está coronado en su centro por una pieza de remate en relieve. Una histórica rosa de los vientos, herramienta que guiaba a los aventureros en la Antigüedad, está grabada en la caja. También funciona como una alegoría de la eficacia de las águilas para encontrar el rumbo acertado en su destino. El bisel es redondo y se adorna con ocho tornillos agrupados de dos en dos sobre los cuatro puntos cardinales.

Su hendidura es tangente al círculo del bisel, lo cual demuestra la perfección de las terminaciones y la búsqueda del orden estético. Pero la belleza no es la única cualidad de los tornillos: éstos poseen una función técnica y garantizan la estanqueidad del reloj a 100 metros. Alpine Eagle lleva todas sus superficies planas satinadas, una delicada terminación que permite interesantes juegos de luz que se amplifican por el pulido de los chaflanes. Al igual que la nieve y las rocas alpinas, Alpine Eagle oscila entre el brillo y el mate. Para dar mejor legibilidad nocturna, las agujas de las horas y de los minutos; y los índices están recubiertos de Super LumiNova Grade X1. A esta obra maestra se añade la magia del ritmo del movimiento Chopard con certificado emitido por el Control Oficial Suizo de Cronometría. Los dos movimientos automáticos que se encuentran en el corazón de los relojes Alpine Eagle han sido enteramente desarrollados en los talleres de Chopard. Rica en su diseño y producción, la colección Alpine Eagle se presenta en diez referencias: acero; oro rosa ético de 18 quilates; dos materiales y oro; y diamantes.

Los modelos unisex son de dos tamaños diferentes. Una versión es de 41 mm de diámetro y la otra de 36 mm. Las piezas de 41 mm albergan el calibre 01.01-C con 60 horas de reserva de marcha, mientras que los modelos de 36 mm presentan el calibre 09.01-C con 42 horas de reserva de marcha. Este último, a pesar de su tamaño y de poseer 8 líneas, es uno de los más pequeños en recibir la certificación del COSC. Ambos calibres son visibles a través de un fondo de zafiro transparente, lo que permite disfrutar estas obras maestras. Tal como se mencionaba anteriormente, la colección representa la pasión de Karl-Friedrich Scheufele por el senderismo y el ski, amor que se traslada a las montañas suizas. Los Alpes representan paisajes inspiradores y relajantes que abren la mirada e incitan a la acción. Al igual que el Príncipe Sadruddin Aga Khan, y movido por su sentimiento con los Alpes, Karl-Friedrich Scheufele se incorporó en los años 2000 al programa Alp Action. Actualmente, es socio fundador de la nueva organización Eagle Wings, desde donde se llevan adelante proyectos medioambientales innovadores pluridisciplinarios. La función de los proyectos es la de sensibilizar al público sobre la importancia, la belleza y la fragilidad de los biotipos alpinos. Desde la organización se ofrece una visión de los Alpes a través de los ojos del hombre, del satélite y del águila. Una de las primeras acciones de Eagle Wings tuvo lugar en Septiembre de 2019 con Alpine Eagle Race. Allí los participantes pudieron observar las imágenes que capturó un águila que llevaba una cámara, y que había sido lanzada desde cinco míticas cumbres, repartidas en cinco países: Zugspitze en Alemania, Dachstein en Austria, La Marmolada en Italia, l’Aiguille du Midi en Francia y el Piz Corvatsch en Suiza. A modo de homenaje hacia la pieza que inspiró a Alpine Eagle, la carrera finalizó en St. Moritz. La nueva colección Alpine Eagle representa mucho más que una bella colección. Dentro de ella se forjan estos nuevos lazos con la naturaleza, que marcan el camino de una iniciativa eco responsable por parte de la casa Chopard.

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